Ese mismo año acesinan a su buen amigo también sacerdote jesuita Rutilio Grande. Un dolor que lo impulso a demandar justicia por la muerte de su amigo, y los demás abusos que se habían cometido a los campesinos y pobres. En Febrero de 1980 Monseñor Romero le envíe una carta al presidente Jimmy Carter pidiendo que eliminará su ayuda al régimen que gobernaba El Salvador.
El 24 de Marzo de 1980 Monseñor Romero fue asesinado por un francotirador que le dispara justo al momento de la consagración, en medio de la misa. Cayo al piso, inmediatamente varias monjas y demás presente se acercan para auxiliarlo, aunque eso no pudo salvarle la vida. A pesar de su vil asesinato, los salvadoreños aún recuerdan su mensaje de amor y paz.
Su coraje y amor al pueblo salvadoreño, le dieron tanto reconocimientos buenos como nominación al premio Nobel de La Paz, y muchos enemigos como los asesinos que terminaron con su vida. Hoy por hoy se reconocé a Monseñor Óscar Arnulfo Romero no sólo en El Salvador pero en varios países. Los cuales lo admiran y recuerdan por su lucha imparable al defender los campesinos y pobres.
Gracias Monseñor Romero por dar tu vida, por las futuras generaciones, hoy recordamos tu partida de este mundo, porque hasta el último de tus minutos fuistes un hombre fuerte, un héroe para los salvadoreños " Y sí me matan resucitare en el pueblo Salvadoreño" y así es a pesar del tiempo y de los 34 años, todos los que tenemos un poco de conciencia y sabemos la historia de nuestro país, te agradecemos por nunca callar y siempre denunciar las injusticias.
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